Cuando me pongo a cantar
a Dios le pido la gloria,
y a la Virgen de Luján
explicación y memoria.
¡Válgame Dios de los cielos,
por la Virgen del Rosario!
¡No se equivoque mi lengua
ni se perturben mis labios!
Ya me han pedido que cante
y me causa un gran dolor,
si no canto quedo mal
y si canto quedo peor.
De un rey dar vi la corona,
de un Carlos Quinto el poder,
de un San Agustín la pluma
de un Rodríguez el saber.
Las coplas anteriores son utilizadas como presentación o para pedir atención de los presentes. Son moldes o estereotipos tradicionales que se utilizaban en las contiendas payadoriles o en la improvisación individual.
AL DECIR DEL CENCERRO
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¿Cuántas veces el cencerro
jue música sedutora
y en la noche hasta la aurora
un fiel amigo de fierro?
Lo digo sin miedo al yerro
que con él, hasta ca...
Hace 2 semanas
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