Matanza, 24 de febrero de 1860
El infrascrito, Eusebio Rodríguez, alcalde, certifica que Don Manuel Chico, que muerto lo tengo de cuerpo presente, tapao con poncho pampa al parecer rayuno, le sorprendió la muerte al salir de un baile de Rufino el Catalán, de la quebrada de Doña Pepa, lugar muy conocido y de pública voz y fama en el pago.Interrogado el cadáver por tercera vez y no habiendo el infrascripto obtenido respuesta categórica alguna, resuelve darle sepultura en el cuerpo de los desaparecidos, conforme cuadra la circunstancia física de que certifiquen.
Eusebio Rodríguez Alcalde
Nota: Hago constar que el finao era muy amante a la bebida y muy dado a las galanterías amorosas y por cuya circunstancia tenía una cicatriz de quemadura en la quijada izquierda producida por un cucharón de grasa caliente que le arrojó al rostro de la cara la hija de la parda Nicolasa. No se sabe porqué zafaduría. Vale.
Esta acta fue redactada en mis pagos de La Matanza, hasta no hace mucho tiempo en una tradicional y muy conocida pizzeria de la ciudad de La Plata se encontraba una copia de la misma encuadrada y colgada de una de las paredes del local.
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